dimecres, 2 de setembre del 2009

Quizás fue que los hilos se enredaron demasiado.

Recuerdo que trenzaban color malva anochecer mientras se nos lanzaban a las aguas para luego salpicarnos desde el mar, justo en la nariz, y hacernos romper en carcajadas.
Y la gota salpicada resbalando por la nariz, descolgándose hasta el pecho, resbalando por la piel alcanzándole la cima, y justo ahí, un respiro, un momento, en profundidad y con mucho, mucho miedo.
Y desde el miedo el empujón que nos lanzaba hasta el mismo epicentro estomacal, y ahí de nuevo en carcajada, pero esta vez más ancha, mas de veras, y la gota descendiendo por la piel, surcando ombligos y atrevida adentrándose, más y mas abajo, en gravedad.

Ahí era que habitaba entre tu y yo la metafísica, el cosmos y los porqués de lo invisible, las cumbres y los valles de las dudas, los saltos e inconscientes del amor, las faltas y largadas de los viajes, de las muertes, de las vidas y de casi todos nuestros mares

Y el alma alrededor
Y nosotros corazón
Salpicándonos deseo
Inventando las palabras
Y una parte a la tierra, la otra al cielo,
Y en el centro carcajada
Compartiendo dos mitades, dos pulsiones, dos verdades, dos pulmones
y un solo corazón

dijous, 20 d’agost del 2009

Probablemente hoy estamos mas vivos que ayer,
puesto que mas sabemos
por habernos atrevido a bucear los dobleces de estos días,
por haber andado los recovecos de este tiempo
y por haber soltado ahí todas pinceladas oscuras de nuestras mas viejas heridas,

así que ya puedo decirte
que ahora comprendo
que si todo este nuestro vaivén de desencuentros e insistencias,
de estocadas y cuidados,
de la rabia al reintento y de nuevo empezar
no valiera nada

tampoco nada hubiera servido jamás

dimarts, 4 d’agost del 2009

Y si, esto nuestro es mucho mas

Y poco cuenta de nosotros,

Pero todo de todo lo demás

dilluns, 3 d’agost del 2009

un beso blanco

Y ahí,
justo antes de alcanzar ese peldaño,
justo ahí fue que fuimos
las piedras blancas y grises de la plaza, de la ermita, del claustro,
Ahí fue que fuimos roca y mineral, y crecimos en el tiempo con la plaza, elevándonos en la ermita ante el altar y ante las tumbas de los muertos que ahora nos sotienen y nos permiten flotar.
Porque fuimos roca y mineral, como son ellos, creciendo entre las rocas y las rocas siendo,
y siendo la vida que pasa por nosotros y que es la plaza misma y la hermita y el claustro, y toda la gente que la pasa y la pasea.

Después dormir el sueño
Y en una pausa otro beso, y otro mas, desde la mas dulce tensión del cuello,
que se encorva con respeto como para hacerlo blanco,
un beso blanco, que se distingue de todos los demás.

Y entre todos esos blancos, éste, como sellando un pacto, de pureza, de honestidad…
Un beso blanco que recuerdo desde el mar.