dissabte, 26 de novembre del 2005

a mi madre



















Maldito dolor de ausencia,
de que no vuelves,
de que no voy a volver a verte las manos,
tus manos que recuerdo,
recuerdo que se me impone por todo el calor que me dieron,
aún castigadas de tanto vivir,
transformadoras de tu amor, que les llegaba cojo
porque tu corazón estuvo siempre manco de una parte,
porque así lo pedía el alma en ti.

Se pedía dolor y se pedía llanto y no lo pudiste sostener
–quién hubiera podido?-
Con tanto dolor, tanto que dar, tanto por hacer...
-quien hubiera podido?-

Se te pidió ser muy valiente.
Y al final fuiste valiente,
Agarraste una cuerda y te lanzaste al mar.

Y digo mar porque eres agua, el agua que nos mueve,
y se nos lleva a navegar.

Esta ultima página colgada de un hueco del abismo duele,
y dolerá por muchos tiempos.
Porque contiene tanta rabia y ese algo de venganza que no se ni como llorar, ni como gritar, ni como escribir..
Porque contiene inherente la tarea de entenderte y de entender, con tanto amor,
la muerte que es la vida...

Menuda eres...

Ahora a lo que queda:
tu hacia arriba y yo a vivir.