y me arremango los talones
para andar de puntillas,
como flotando a tres palmos sobre esto,
para que no despierten todos los temporales
que amenazan con llevarnos al destierro del amor.
Me repliego y me deslizo de puntillas, silenciosa,
porque solo en el silencio podemos vivir esto.
Esto que habla a gritos en lo mas nuclear de nuestros cuerpos
y nos desborda la pasión y los temores
surcándonos todos los caminos del placer y del ensueño
y colmándonos de todo.
Y todo ello en el silencio,
ni los suyos.
Para que todo esto se pueda vivir
en un rincón mezclado de paz y de erotismo.
A tres palmos sobre el suelo,
en lo invisible,
Más allá del todo, donde todo se detiene
y el tiempo deja de existir,
En tu cuerpo y en el mío.